Cuando somos pequeñas nos enseñan a jugar a la mamá con las muñecas, nos regalan tacitas y a algunas tienen hasta una casita de muñecas que al pasar el tiempo dejamos las muñecas quedan tiradas en algun rincón de nuestra pieza...ya somos muy grandes para eso, pero estamos dispuestas a mirar niños ilusionandonos con la aventura de ser princesas en busca de un principe encantado como en los cuentos, llegamos a la adolescencia creyendo que existe el amor para toda la vida y es hay cuando llegan los primeros porrazos, empiezan los grandes dolores, la vida no es como nos enseñarón.Aunque con los años aprenderemos que esos grandes dolores apenas son una peca en nuestra piel...
A algunas les llega el amor temprano y piensan que sin ese ser moriran, es un principe azul que con el tiempo se va trasnformando, pasando por todas las tonalidades del azul, indigo, lazuli, claro, oscuro.
Con el pasar del tiempo nos damos cuenta que nuestro principe mas parece sapo que principe y por mas besos que le demos siguen siendo sapos.
Entonces todos nuestros recuerdos, todas las historias hermosas sobre..".y vivieron felices para siempre "...resulta ser la desilución mas grande.
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